El macizo de las Villuercas es un clásico entre los parajes geológicos y ecológicos hispanos. Su peculiar orografía de sierras y valles paralelos le ha granjeado una justa fama como exponente de los relieves de tipo apalachiano cobijando, al mismo tiempo, paisajes y bosques de reconocida belleza y fragosidad. Que la vida como biodiversidad y sus soportes como geodiversidad, tienen aquí un magnífico escenario, es algo que queda fuera de duda a cuantos viajeros de la naturaleza han disfrutado estas comarcas.
Le corresponde a Villuercas-Ibores-Jara contribuir a desenlazar la historia de la Tierra desde hace unos 580 millones de años. Y aunque muchos de los acontecimientos que aquí se describen tienen un origen más moderno, el entorno, sus rocas y sus formas nos hablan de sucesos que ocurrieron en esa edad tan lejana. Tiempos que vieron nacer a los primeros animales con concha externa, cuyos fósiles quedaron atesorados en estas sierras señalando el camino de la “Explosión Biótica del Cámbrico”, momento a partir del cual comenzamos a saber algo sobre las formas de la vida animal sobre la Tierra.
Un mar de riscos y valles se divisa desde los miradores de La Villuerca, el Castillo de Cabañas, el Risco Carbonero, el Puerto de Arrebatacapas o el de San Vicente. Es un relieve testigo de la formación de Pangea, el supercontinente formado hace unos 300 millones de años por la colisión de las placas terrestres y que dio origen a todos estos plegamientos que disfrutamos hoy. A ellos llegan senderos del geoparque que recorren decenas de kilómetros por valles sinclinales y anticlinales ricos de escenas ecológicas y geológicas. Lugares notables como los castaños de Calabazas, las loreras de la Trucha, el valle del Viejas o del Ibor, las Apreturas del Almonte, los berrocales de La Jara, el Estrecho de la Peña Amarilla, el Gualija y el Guadarranque.
La comprensión del geoparque no sería completa sin introducirse en el pasado minero de Logrosán adentrándose en la visita guiada a la Mina de fosforita de La Costanaza. Y, por supuesto, sin el disfrute de una de las joyas geológicas de Extremadura, el Monumento Natural de la Cueva de Castañar y su magnífica colección de espeleotemas.
Le invitamos a conocer el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara, un conjunto patrimonial geológico y natural que envuelve el corazón extremeño de Guadalupe, faro histórico y peregrino de la cultura de nuestra comunidad.